Angélica tiene una discapacidad motriz hereditaria, denominada distrofia muscular progresiva, y Esteban perdió un hijo con la misma discapacidad, por lo que realizan un esfuerzo destacable que les llena el alma. “La silla de ruedas no impide que puedas hacer otra cosa, todo se puede hacer si tenes ganas”, reflexionó Angélica.
Una docente les ofreció a ambos ser padrinos del jardín de infantes de la institución y a partir de esa invitación comenzaron a organizar diferentes actividades para los niños. “Nos mantenemos firmes en el armado de juguetes para el día del niño a los chicos”, contó Esteban. El armado de los mismos es artesanal, y pueden ser muñecos, autos y camiones.
“Queremos reconocer a las instituciones, a los bomberos, a la policía, a los colectiveros, a los recolectores de residuos... Nosotros hablamos con las instituciones y les pedimos que vayan y entreguen los juguetes con nosotros y que le den charlas a los chicos”. Este año la elección del diseño fue temática y en reconocimiento al personal de Salud, fabricaron ambulancias y enfermeras.
Además de los juguetes, el día de la entrega, llevan leche, facturas, golosinas y pasan la tarde con los niños.