

Agregó Gandolfo que “ingresó dinero a la ciudad, pero a costa de la tranquilidad del vecindario del corsódromo y a los que pregonamos otra cosa que tanto cuesta. Después se hace difícil aplicar la normativa…Acá hubo violación a la ordenanza con la modificación de la morfología original de fábrica”.
Galdolfo caracterizó al evento como contradictorio en cuanto al mensaje que desde la ciudad se busca transmitir. No solo llamó la atención sobre la ingesta de alcohol cerca de los vehículos, sino a la violación de las ordenanza que prohíben modificaciones de fabrica de los vehículos, que en un momento apuntó a los escapes libres.
Y por otro lado, a la normativa de ruidos molestos que desde las diferentes protectoras de animales, la ONG de Padres TEA, y ACIVERJUS trabajaron tanto.