

En un partido de ida y vuelta, digno de una final de un Mundial, Argentina empató en tiempo reglamentario tres a tres, los goles argentinos fueron de Lionel Messi x2, y Ángel Di María. El autor de los tres goles franceses fue Kylian Mbappe.
Argentina bailó a los franceses en el primer tiempo, con un dominio de pelota inagotable y con las chances claras. No dejó que Francia patee al arco, sin embargo en el segundo tiempo cambiaron las cosas.
En los primeros minutos del partido, le cometen una falta a Di María al borde del área por la banda derecha, y el capitán argentino fue el encargado desde los once pasos de poner el uno a cero parcial para que momentáneamente Argentina arranque a soñar con el gran trofeo.
A los 36 minutos, en una jugada colectiva digna de La Scaloneta, con toques d de primera y paredes, Messi tocó para Alexis Mac Allister, y este tocó en carrera de primera para el Fideo, y nuevamente en una final, Di María marcó el dos a cero para que un pueblo entero explote de felicidad.
Todo era éxtasis, y buen futbol, sin embargo faltaba sufrir, porque si no se sufre no se vale, lo dijo Scaloni, lo dijo Lionel, y está escrito en la historia de los libros de la historia del futbol argentino.
En el segundo tiempo, el campeón de Rusia 2018 se dispuso a atacar para contrarrestar la diferencia abultada, con poco efecto, Francia encontró el descuento por dos a uno con un gol de Mbappe de penal, en una jugada individual del jugador del Paris Saint Germain.
Tan solo un minuto después, con la primer jugada colectiva de Francia en todo el partido, con un golazo de volea de Mbappe el conjunto francés empató el marcador, y en dos minutos pasó de ser todo alegría a ser una duda, si ese tan ansiado trofeo se nos iba a escapar, o si el futbol haría justicia.
Messi levantó la copa y se hizo justicia.
*Luca Magnotta