Michel sobresalió por su gran calidad como fotógrafo y el arte que logró en las fotografías en blanco y negro.
En la ciudad tuvo varios estudios fotográficos, se dedicó al cine y además fue fotógrafo periodístico para los diarios Noticias y El Argentino. Entre tantas tareas, dejó fotos sobre la obra del arqueólogo Manuel Almeida.
Con una gran pasión, además, se dedicó a preservar fotografías históricas de la ciudad y de distintos momentos, lo que plasmó en una muestra de excelencia que tituló “Gualeguaychú antiguo”.
También, por su trayectoria, fue homenajeado en el Congreso Nacional.
Hombre de pocas palabras, pero cálido a la vez y con un humor breve y alemán, en los últimos tiempos se asombró con la llegada de los celulares que permiten tomar fotografías, y dijo alguna vez: “Cuando uno saca una foto hay que buscar la belleza, siempre en algún lugar está la belleza. A veces veo algunas fotos… ¿cómo hacen para sacar fotos tan malas?”.
Para quienes lo conocieron, quedan su amistad y sus consejos, y para la ciudad queda una obra notable que ojalá la ciudad sepa conservar, ya que muchas fotografías de Carlos Humberto Michel son verdaderas obras de arte.