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Tren de UPM 2: Una mujer y su hijo heridos en un derrumbe

Ocurrió en plena demolición de una vivienda expropiada por el Gobierno uruguayo para permitir el paso de la ví­a férrea destinada al uso exclusivo de la segunda megapastera finlandesa en construcción

7 Nov, 2020, 10:00 AM
No se habían adoptado medidas de seguridad en la obra
No se habían adoptado medidas de seguridad en la obra

Una mujer y su hijo de 12 años resultaron heridos este jueves, tras el derrumbe de una pared de una casa adyacente que estaba siendo demolida. La mampostería afectada aplastó parte del techo de la vivienda que habitaban, en la zona de Paso Molino de la capital uruguaya y ambos debieron ser rescatados por los Bomberos y luego trasladados al Hospital Italiano de Montevideo. Al lugar del hecho llegaron algunos funcionarios del Gobierno y de la empresa encargada de las obras.

 

El derrumbe se produjo en momentos en que una empresa contratada para realizar las obras ferroviarias para UPM 2, procedía a la demolición de una finca ubicada en la calle Santa Lucía y vías, expropiada por el Estado entre las más de más de mil que insumirá las obras que el Estado uruguayo construye para el uso exclusivo de la corporación finlandesa. Las obras habían comenzado el pasado martes y una de las paredes de dicha vivienda se precipitó sobre la casa lindera, donde se encontraban la mujer y su hijo, quien que resultó herido en la cabeza, tras recibir el impacto de un bloque de hormigón.

 

Tras el derrumbe se hicieron presentes en el lugar Bomberos y varias ambulancias y tras una ardua labor se pudo rescatar a una mujer de nombre Delia y a su hijo de 12 años de entre los escombros, mientras que el padre del niño salvó su vida de milagro. Según se pudo constatar poco después, no se habían adoptado medidas en la obra para prevenir posibles consecuencias teniendo en cuenta que se trabajaba en una edificación muy antigua.

 

Poco después llegó al lugar el Jefe de Gabinete del Ministerio de Transportes y Obras Públicas, Andrés Capretti y también lo hicieron representantes de la empresa contratada para realizar las obras. El funcionario responsabilizó a la constructora, que anunció que garantizará a los moradores de la vivienda afectada un lugar para pernoctar. Capretti dijo que además la empresa deberá asumir los gastos médicos que de la atención de los heridos, la reconstrucción de la casa y el lucro cesante del pequeño negocio que funcionaba al frente de la misma.

 

Las manifestaciones hechas por el funcionario ministerial denotan la desidia que rodea a todo el negociado del denominado ‘tren de UPM’. Capretti afirmó que “la casa afectada, lindera a la que se está demoliendo, está en trámite de expropiación desde el año 2018; lo que pasa es que la burocracia es tanta, y es tan lento el trámite, y siempre se necesita un papel, que si esto se hubiese terminado antes y no llevara dos años, esta gente no estaba acá. (…) Pueden contar el cuento porque tienen un dios aparte, porque hay que ver la medianera que se cayó y el riesgo que corrieron, y sinceramente lo pueden contar con muchísima suerte. (…) Yo recién vengo del hospital de estar con ellos, que por suerte están bien. El gurí tiene una raspadura muy grande en la cabeza, le cayó un bloque de cemento que hay que verlo… zafó de suerte”, agregó Capretti.

 

Cuando los gobiernos negocian y firman contratos a espaldas de su pueblo buscando satisfacer los milmillonarios negocios de las corporaciones anacionales, en contra del patrimonio y los derechos de los ciudadanos todo se vulnera. Así fue que los atropellos a los vecinos y el incumplimiento de la ley fue una constante por parte, no solo del anterior gobierno de Tabaré Vázquez, que negoció y pactó las obras de UPM 2 y su tren, sino también del nuevo gobierno de Luís Lacalle Pou, que ha mostrado su disposición a darle continuidad al proyecto finlandés.

 

Lo que ocurrió en Montevideo es solo el comienzo de una serie de accidentes que, ineludiblemente van a ocurrir y afectarán a muchos uruguayos. Y no es suficiente que el asesor Capretti diga “esto que pasó no puede pasar de ninguna manera” ni tampoco sirve que la empresa responsable se haga cargo, o de quejarse de la burocracia o prometer que se controlarán que se cumplan  los procedimientos adecuados ante cada obra de demolición.

 

Todo eso significa, lisa y llanamente decir lo que habría que hacer para que nunca se haga. Lo que debe pasar es que ni UPM 2 ni su tren se construyan.

 

FUENTES: CX 36 Y DIARIO LA JUVENTUD

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