Por Roberto Morales
Quienes disfrutamos de los datos curiosos y hazañas logradas por deportistas de nuestra ciudad, esta semana tuvimos muchos motivos para revisar las estadísticas.
El mellizo Juan Fernando Alfaro nos regaló una sonrisa y orgullosamente escuchamos en los medios nacionales e internacionales que se elogiara a un hijo de Gualeguaychú.
El gran gol logrado por el futbolista formado en las inferiores de Pueblo Nuevo, Central Entrerriano y Juventud Unida de buen presente en Nacional de Paraguay, rompió una extensa racha en Copa Libertadores.
El primer futbolista de nuestra ciudad en jugarla, aunque sin marcar goles, fue Enrique Jesús Roldán con Independiente, en la temporada 1966.
Los Diablos Rojos, que defendían el título del año anterior, clasificaron directamente a la fase semifinal, que por entonces se jugaba por grupos, al igual que la primera fase.
El martes 26 de abril de 1966, “Coroya” jugó como titular en la “Doble Visera de Cemento” ante Guaraní (Paraguay) en la victoria por 2 a 1 del conjunto que dirigía Antonio Faldutti, con goles de Aníbal Tarabini y Raúl Savoy.
Fueron los únicos 90 minutos que el ex Black River disputó en esa edición en la cual Independiente fue eliminado por River Plate en partido desempate.
Después, llegaría el turno de Ernesto Juan Álvarez, quien formó parte de los planteles de Estudiantes de La Plata entre 1968-1970, aunque sin demasiadas participaciones, incluyendo la epopeya de Manchester, cuando estuvo en el banco de suplentes la noche que el Pincha ganó la Intercontinental en Hold Trafford.
Desde su llegada en 1975 a Cali, para jugar en Deportivo, su inolvidable zurda anotó una gran cantidad de goles en la máxima competencia continental, incluyendo 9 goles desde el córner, que lo transformaron en el “Rey de los goles olímpicos”, según lo reconoció oficialmente la FIFA en 2015, a raíz de un reclamo uruguayo por los seis de Álvaro Recoba.
En paralelo, Mario Enrique Raffart se sumó en 1980 a esa lista reservada sólo para elegidos, con una anotación para la Universidad Católica de Quito.
En la década de 1980, aparecieron Víctor Marchesini y Marcelo Daniel Bauzá, jugando la Libertadores con Ferro Carril Oeste y Guillermo Daniel Ríos, en Independiente, aunque ninguno de los tres marcó goles.
Pasaron más de 10 años para que se engrosara la de por sí pequeña nómina de goleadores.
El miércoles 27 de febrero de 1991, en La Bombonera, River le ganaba 3 a 1 a Boca, hasta que llegó la reacción xeneize, que aprovechó la ventaja de la expulsión de Leonardo Astrada.
Después del descuento de Blas Giunta, Víctor Hugo Marchesini logró la paridad, pasada la media hora del complemento. Sobre el final, Diego Latorre estampó el 4 a 3 final.
Fue el último, hasta que este miércoles 28 de febrero, la sequía se hizo añicos en el estadio “Atanasio Girardot” de Medellín.
Iban 24’ de la etapa inicial cuando Juan Fernando Alfaro (Nacional de Asunción), metió un golazo de tiro libre ante el Nacional colombiano, clavando un derechazo al ángulo izquierdo del portero guaraní Santiago Rojas, para abrir el gran triunfo de los paraguayos por 3 a 0 que le permitió avanzar en la Fase 2 de la Conmebol Libertadores 2024.
En el medio, hubo otros goles muy importantes. Diego Armando Herner, jugando por Gimnasia y Esgrima La Plata, le marcó un gol de cabeza a Fluminense por la Copa Sudamericana 2006, el primero señalado por un gualeguaychuense en el mítico Maracaná de Río de Janeiro, el 28 de septiembre.
El propio Herner, volvió a convertir, el 24 de septiembre de 2009 y por Copa Sudamericana. En este caso fue el segundo tanto para la victoria de Cerro Porteño ante Goiás. Tras recibir un centro de Julio Dos Santos, el defensor la clavó nuevamente de cabeza a los 20 minutos del segundo tiempo.
El partido correspondió a la ida de los octavos de final del certamen internacional.
