Desde “Gualeguaychú en bici” solicitan al gobierno municipal un plan de movilidad urbana para reducir el caos vehicular y los siniestros viales.
Entre enero y marzo de 2025, Gualeguaychú acumuló más de 300 siniestros viales con 616 vehículos involucrados, un promedio de tres siniestros diarios en nuestras calles (“Diario El Argentino”). Estas cifras —que no contemplan los hechos de mayor gravedad investigados por la Policía de Entre Ríos— dibujan un paisaje de urgencia: un parque automotor que crece sin control y multiplica riesgos en cada esquina.
Impactos que van más allá de los choques
La masificación vehicular trasciende la estadística de colisiones: cuando un transporte de carga queda detenido en una avenida estrecha durante horas, no solo se paraliza el tránsito, sino que las emisiones concentradas agravan afecciones respiratorias como el asma.
El tráfico creciente también roba tiempo y recursos: un estudio reciente en Gualeguaychú indica que los conductores pueden perder hasta media hora diaria en embotellamientos, mientras que el mantenimiento de calles y la atención de emergencias médicas tensionan las finanzas municipales. Sin un enfoque de movilidad sustentable, estos impactos seguirán creciendo.
Movilidad sustentable: la solución integral contra la siniestralidad vial
En lugar de seguir ampliando el parque automotor, la movilidad sustentable propone un cambio de paradigma: priorizar medios de transporte que reduzcan la velocidad, disminuyan aquellos agentes que contaminan el aire, y recuperen a la vía publica resignificándola desde el mismo concepto de espacio público. Así, no se trata sólo de incorporar bicicletas o mejorar el transporte colectivo, sino de diseñar ciudades donde caminar y desplazarse en bici sean opciones naturales, seguras y cómodas para todos.
Al redistribuir el espacio vial y desacelerar el ritmo del tráfico, se minimizan los choques y se atenúan las consecuencias de los inevitables roces entre usuarios. Además, al combinar sistemas de transporte limpio con una red de calles que invite a la movilidad activa, no sólo bajan los índices de siniestros, sino que mejora la salud de los vecinos y se alivia la presión sobre el presupuesto municipal.
En este sentido, cabe preguntarnos: ¿ha reflexionado el Gobierno Municipal sobre la necesidad de contar con un plan de movilidad que enfrente de forma decidida el caos vehicular y reduzca los índices de siniestralidad vial?
La gestión de gobierno anterior había puesto en marcha un primer esbozo de Plan de Movilidad Urbana, más allá que el mismo adolecía de un rigor técnico adecuado como para hablar seriamente de un Plan de Movilidad, según informamos en su oportunidad, pero desde diciembre de 2023 a esta parte la ciudadanía no tiene un conocimiento cierto de cuál es el plan del gobierno para morigerar los gravosos perjuicios que vivimos día a día por el congestionado tránsito que vive nuestra ciudad.
Es hora de pasar de las palabras a los hechos: el Gobierno Municipal debe presentar un plan de movilidad concreto, con metas claras y la voz de los vecinos, sumando políticas que desincentiven el uso excesivo del automóvil particular. Solo así podremos reducir la siniestralidad, mejorar la calidad del aire y recobrar nuestras calles para el bienestar de todos.
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