Murió el chivito “Peralta”, una historia de amor que duró tres años

“Peralta se criaba en el césped, le gustaba un sillón que tenía y dormía en el galpón, yo le ponía espirales para los mosquitos, era muy prolijo, un caballero, corría y me abría la puerta. Nos sentábamos y él se ponía en el medio de nosotros, debajo de las piernas. Peralta era muy especial, es mucho el dolor que nos dejó, yo creo que vino a cumplir una misión. Cuando lo encontramos tenía todavía el cordón umbilical y la perra Jacinta lo lamía y se lo fue curando”, relató Norma. El 6 de mayo Peralta hubiera cumplido tres 3 años.

El chivito destacaba en las visitas a la plaza junto a Norma. “El entendía. A las cinco de la tarde tenía un reloj y tenía que estar lista porque quería salir”, relató. Recientemente el animalito comenzó a tener dificultades en su salud, que afectaron necesidades básicas en su organismo. Pese a los intentos y tratamientos médicos, no se pudo lograr salvarlo.

“Me han llamado de España, de México, de Córdoba, de todos lados, de Buenos Aires impresionante la gente que colaboró”, contó Norma en relación a la ayuda que recibió para pagar el tratamiento de la salud del animalito. También agradeció a los vecinos de la ciudad por el apoyo. “La gente lo amaba”, afirmó.

El “nombre” del chivo paseandero viene de un apellido, en realidad. El humano era Peralta y le decían “Chivo”. El animal es chivo y lo llaman “Peralta”.

Raimundo Adrián Peralta (el Chivo), de quien tomaron el nombre para el animalito, estuvo 20 años preso por un crimen que juraba que no cometió. En ese tiempo, protagonizó resonantes fugas de la Unidad Penal 2 y logró hasta admiración, al punto de ser considerado un personaje carismático que se convertiría en un mito en Gualeguaychú.