Cambió la forma de consumo de drogas en Gualeguaychú

 “Uno queda en el medio de todo esto, y el saco éste no nos lo ponemos quienes hacemos las cosas bien. Los jóvenes no se recuperan solamente trabajando, hay que hacer un trabajo emocional, sociofamiliar y sociolaboral. Con una charla motivacional, un joven no sale adelante”, agregó.

“Estos centros no tienen nada que ver con nosotros, somos muchísimos los que tenemos centros de rehabilitación en todo el país, que están en el marco de la ley, que tenemos un programa pensado y avalado por diferentes corrientes psicológicas y psiquiátricas”, manifestó Blanco.

Por otra parte, mencionó la difícil situación que están pasando a nivel económico. “Estamos trabajando con la SEDRONAR atrasados por los pagos, porque el presupuesto está escaso en Nación, sobre todo en salud mental.Nos encontramos en un momento del país muy complejo. El 2021 fue un arrancar de nuevo”.

“Vinimos bastante bien hasta el mes de marzo, lo que pasa es el mismo presupuesto de hace años,  que se divide en cada vez más aéreas, y la ley de salud mental actual necesita un gran presupuesto, y no está. Y después estamos nosotros que somos las ONGs . Hoy les doy alta a los chicos y necesito conectarme con un efector público y el chico no consigue turno”.

Alerta que hay muchísimos jóvenes que necesitan estar internados por tener patologías de fondo graves, que son un riesgo para la población. “Un pibe no se recupera haciendo muebles, se trata de modificar esas conductas, hay que reconfigurar su historia”.

Y manifiesta, “hay muchas comunidades no habilitadas, y que son como cárceles. ¿Dónde está la gente que tiene que controlar?”.

Sobre el consumo en la ciudad, advierte que se modifico y se agravó el uso de drogas pesadas, que son cada vez más los jóvenes que ingresan por fumar crack, que es cocaína es estado sólido. En esta misma línea, señaló que luego de la pandemia empezó a subir las edades de las personas con ingestas prolongadas en alcohol y psicofármacos.

Al mismo tiempo, señala que hay muchos jóvenes que consumen flores cannabicas, “que son una bomba porque hay muchas mezclas en los injertos de cannabicos. Y fuman flor y son súper fuertes con su principio activo, muchos chicos dañados psíquicamente. A nivel psicotrópico es muy fuerte.  Y estamos hablando de niños de 11, 12- y 13 años que ya fuman cigarrillos”.