Muchos de ellos abrazaron desconsolados las cruces que señalan la tumba de su ser querido. Entre ellos estaban las hermanas de los soldados Mosto y Dimotta.
Poco después de las 3.45 de la mañana de este lunes decolaron desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza los tres aviones en los que viajaron hacia las Islas Malvinas más de 200 familiares de los 90 caídos durante conflicto bélico de 1982, cuyos restos fueron identificados meses atrás por el Comité de la Cruz Roja. Entre los que viajaron se encontraban Elsa Mosto y Nora Dimotta, hermanas de Carlos y Raúl, ambos gualeguaychuenses muertos durante la guerra.
Cerca de las 6 y media de la mañana, aterrizó en la Base Militar de Mount Pleasant, el primer avión MD 83 en el que viajaron los familiares. Cerca de las 8, los primeros familiares de los ex combatientes, entraron al Cementerio de Darwin.
A medida que iban ingresando miraban las tumbas de los identificados. Para la jornada, que se preveía difícil por su alto contenido emocional, se habían instalado carpas y un equipo de médicos y psicólogos estaba listo para contener a los familiares, muchos de ellos adultos mayores.
El lugar fue acondicionado por el isleño Tim Miller, un quien colocó rosarios nuevos y flores de tela en colores tenues en cada tumba, mientras que Geoffrey Cardozo, un ex oficial del Ejército británico que construyó el cementerio, fue quien trabajó en el proceso de exhumación, identificación y nueva inhumación de los cuerpos de los caídos en el archipiélago.
Desde el mismo momento en que los familiares llegaron al Cementerio de Darwin se vivieron escenas muy emotivas y desgarradoras. Muchos de ellos, con llantos desconsolados se abrazaban a las cruces que señalan la tumba de su ser querido y otros se recostaban sobre las piedras que adornan parte del lugar.
A pocos días de cumplirse el 36 aniversario del inicio de la guerra, se realizó una ceremonia inédita, en la que se rezó por los muertos argentinos y británicos, incluyendo una celebración religiosa mientras una guardia militar realizaba honores militares. El inicio estaba previsto para las 11 de la mañana, pero se adelantó y terminó pasadas las 10 y media.
Tras una hora de contacto íntimo y personal de los familiares con sus seres queridos, se produjo la llegada de un gaitero de la Guardia Escocesa y seis soldados, que presentaron sus armas en muestra de respeto y homenaje a los caídos argentinos. Después tuvo lugar el acto religioso, encabezado por los representantes locales de las Iglesias católica y anglicana, en el que hablaron el Arzobispo Auxiliar de Buenos Aires monseñor Enrique Seguí y el abad Alan Hugh, Administrador Apostólico de las Islas Malvinas.
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