¿Vigilas lo que comes? Alimentos que parecen inofensivos pero podrí­an matarte

La preocupación por llevar una alimentación sana y equilibrada ha aumentado considerablemente en los últimos años, sobre todo a raíz de los datos que confirman un repunte en los índices de obesidad de la sociedad argentina. La visibilización de diferentes opciones alimentarias como el vegetarianismo o el veganismo ha ayudado a que una gran cantidad de personas cambien su modelo alimentario y lleven una vida más sana. Esta última corriente cuenta con la ayuda de un gran número de seguidores famosos encargados de divulgar una filosofía de vida saludable, como es el caso del jugador internacional de póker Daniel Negreanu, que optó por una dieta vegana hace 12 años y desde entonces afirma sentirse mucho mejor tanto a nivel físico como anímico.

Sin embargo, y a pesar de intentar controlar los riegos que existen a la hora de consumir según qué, lo cierto es que en nuestro día a día nos llevamos al estómago una gran cantidad de alimento que podría dañar nuestra salud sin saberlo. Sin duda el azúcar es el talón de Aquiles de cualquier comida en la actualidad. Está presente en diversas bebidas como los refrescos o los zumos, en la miel, en las tortitas de maíz, en frutas como las uvas, las granadas o los mangos, y hasta en el ketchup. Consumirla en grandes cantidades puede provocar problemas dentales, aumento de peso, diabetes o enfermedades cardiovasculares, entre otras muchas dolencias.

El consumo de fruta suele estar asociado a una alimentación saludable y equilibrada, sin embargo debemos extremar la precaución con algunas variedades. El consumo en exceso de naranjas, por ejemplo, puede causar la muerte por sobredosis de vitamina C. La cantidad fijada como mortal se sitúa en las 11.000 naranjas, una cifra poco probable de alcanzar por un ser humano pero a tener en cuenta igualmente. Por su parte, las semillas de las ciruelas, las cerezas y los albaricoques son extremadamente peligrosas. Las de las primeras contienen determinados compuestos que nuestro organismo podría emplear para la producción de cianuro, por lo que su consumo en grandes cantidades podría ser terriblemente perjudicial para la salud. Las semillas de las cerezas también pueden ser empleadas para crear cianuro, en este caso tras su trituración; algo similar a lo que ocurre con las semillas de albaricoque. Las manzanas por su parte contienen amigdalina, un compuesto que, al igual que las semillas de las ciruelas, provoca la producción de cianuro cuando se metaoliza. Menos conocido pero igual de peligroso es el ackee, una fruta que se asemeja en forma a la pera pero cuyas toxinas podrían matar a un ser humano en el caso de ser consumido antes de que madure.

Las verduras, hortalizas, legumbres y tubérculos tampoco se quedan atrás en cuanto a peligrosidad. Así, los tallos y las hojas de los tomates pueden causar problemas estomacales, calambres y ansiedad en caso de ser ingeridos. Las habas, consumidas crudas sin una preparación previa pueden ser mortales por su alto contenido en linamarina mientras que las patatas contienen un potente veneno en sus hojas y tallos. Igual de peligrosas son las hojas de ruibarbo, que pueden causar desde problemas respiratorios e insuficiencia renal hasta la propia muerte.

La canela puede ser mortal en caso de ser respirada y entrar en contacto directo con los pulmones, mientras que la nuez moscada en grandes cantidades (más de 10 gramos) o bien administrada de manera intravenosa puede ser terriblemente venenosa debido a sus altos niveles de miristicina.

Los alimentos procedentes del mundo marino también pueden causar graves problemas de salud en caso de no ser consumidos de manera adecuada. El pez globo, por ejemplo, es muy venoso, por lo que una preparación incorrecta podría ser mortal. Lo mismo ocurre con el Fesikh, un plato tradicional de la gastronomía egipcia.