Mercedes Méndez, enfermera de Garrahan: "la falta de estadí­sticas no es casual"

Mercedes Méndez, enfermera del Hospital Garrahan, quien participó de la marcha Stop Cáncer celebrada este domingo en nuestra ciudad dijo, a título personal, en RADIO MÁXIMA que “no es casualidad que falten estadísticas”, y remarcó que “los venenos como el glifosato, son cancerígenos”. Méndez también destacó la marcha realizada este domingo en Gualeguaychú porque “es central que la gente se comience a movilizar”.

Méndez, que desde hace 24 años se desempeña como enfermera en el citado hospital pediátrico porteño, explicó que “desde 2011 venimos intentando introducir en el Hospital, el tema de las consecuencias para la salud que acarrea este sistema productivo que no solo incumbe a la soja, sino también a la mega minería y que ponen el acento en la ganancia y en la masividad originando para ello la destrucción del ambiente y la salud de la población”.

Méndez indicó que “ya desde 2004 venía interiorizándome de lo que comenzaba a percibirse en aquellos lugares expuestos a este tipo de producción intensiva y era inevitable que esto no trajera consecuencias. Cuando en 2011 se realiza el Congreso Socio Ambiental en Rosario compruebo que esto que ya venía intuyendo por lo que comenzaba a ver en el Hospital, era algo que estaba en boca de todos los médicos de nuestro país y del exterior que intervinieron en aquella ocasión. De esa forma me comprometí a que en el Garrahan escucharan, desde lo institucional, lo que estaba ocurriendo en otras zonas del país. Lamentablemente no lo logré”.

Méndez precisó que “todos estamos expuestos porque todo termina en los alimentos que ingerimos, desde las golosinas que ingieren los niños en una ciudad y que contienen lecitina de soja o jarabe de maíz, lo cual tiene directa relación con el modelo transgénico plagado de tóxicos. Los tóxicos no son inocuos, son venenos, y como lo dijo bastante tarde la Organización Mundial de la Salud, estos venenos como el glifosato son cancerígenos”.

Según Méndez, “en este marco, y hasta que no se demuestre lo contrario, es estos agrotóxicos no se podrían usar. Son las empresas que los fabrican las que tienen que demostrar que dichas sustancias no envenenan o es inocuo. Mientras tanto, lo que dice la ley de Salud, por el principio precautorio, es que no se pueden utilizar. Ocurre que hay una complicidad de la Justicia, del ministerio de Salud, de la prensa y de la publicidad sin la cual este modelo no podría funcionar”.

La enfermera del Garrahan relató que “las investigaciones más recientes sobre las consecuencias de estos tóxicos en la salud, de la doctora Delia Aiassa de la Universidad de Río Cuarto y que son muy prestigiosas y han sido tomadas a nivel internacional, están en conocimiento de los responsables del Hospital Garrahan, pero, al parecer no les interesa. Desde la Universidad de La Plata, por ejemplo, el Rector y doctor Damián Marino ofreció hacer en el Garrahan un laboratorio para pesquisa de pesticidas. Nunca les respondieron. Para que tener una idea de lo que estamos hablando, en el Hospital Garrahan no hay un solo Toxicólogo”, acotó Méndez.

Finalmente Méndez manifestó que “no es casualidad que falten estadísticas, ni siquiera existe un mapa epidemiológico, porque son decisiones políticas y las decisiones políticas tienen un costo porque si yo hago un determinado estudio y llego a un resultado, tengo que estar dispuesto a hacer algo en función de ese resultado y no archivarlo”.