Monsanto debe indemnizar a un enfermo que padece un tumor incurable ocasionado por el glifosato

Este viernes, casi a la misma hora en que en Paraná el ministro de Ambiente Sergio Bergman, junto al gobernador Gustavo Bordet, minimizaba los efectos en la salud humana que provocan los agrotóxicos afirmando que “no se pueden tomar posiciones extremas”, en la ciudad norteamericana de San Francisco, Monsanto recibía la primera condena judicial tras perder una demanda millonaria por el uso de glifosato en Estados Unidos.

Un jurado de San Francisco ordenó al gigante agroindustrial, propiedad de la corporación alemana Bayer, pagar casi 290 millones de dólares en daños a Dewayne Johnson, un empleado de una escuela, por no advertir de que el glifosato que contenía el herbicida era cancerígeno. Johnson que trabajaba en una escuela de la ciudad de Benicia, en California,  desarrolló un linfoma no Hodgkin incurable que apareció tras las continuas fumigaciones con glifosato en los terrenos escolares, razón por la que demandó a la multinacional.

El Juez encontró que Monsanto actuó con "malicia" y que su agrotóxico Roundup y su versión profesional RagenrPro, contribuyeron "sustancialmente" a la enfermedad terminal de Johnson. La respuesta de la compañía, casi inmediata, fue que apelará el veredicto. No obstante, todos los expertos coinciden que este fallo puede abrir la puerta a centenares de nuevas demandas.

Johnson, de 46 años, sufre de un linfoma incurable no Hodgkin, que atribuye a la fumigación de la escuela para la que trabajaba entre los años 2012 y 2014 con RoundUp y RangerPro. El caso se basó en las conclusiones del Centro Internacional de Investigación del Cáncer, un organismo de la OMS, que desde 2015 catalogó al glifosato como "probablemente cancerígeno".

Es la primera vez que Monsanto, adquirido por la alemana Bayer en junio pasado por 66.000 millones de dólares (unos 53.373 millones de euros), se encuentra sobre el banquillo de los acusados por los potenciales efectos cancerígenos del glifosato.

FUENTES: AGENCIA REUTERS / DIARIO EL PAIS (MADRID)