HALLAZGO

19 de Agosto de 2017

Encontraron el avión desaparecido en el delta del Paraná

Era intensamente buscado desde el 24 de julio. Finalmente, las autoridades lo localizaron en las inmediaciones del rí­o Paraná Guazú. Se trata de un brazo del rí­o Paraná Guazú que divide la provincia de Buenos Aires con Entre Rí­os.

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Apareció el avión

 

El avión Mitsubishi matrícula LV-MCV, que había desaparecido el lunes 24 de julio a seis minutos de haber despegado -a las 14:30- desde el aeropuerto de San Fernando, fue hallado en la tarde del sábado por los investigadores en una isla del delta del Paraná ubicada a 34º1.403′ de latitud sur y 58º34.289′ longitud Oeste. En estos momentos, autoridades de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC) se dirigen al lugar, a unos cuarenta kilómetros en línea recta de la localidad de Zárate, en el delta del Paraná, donde era buscado desde entonces.

Aún no hay información oficial sobre la suerte que corrieron los tres tripulantes. Técnicos de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil se dirigieron al lugar, donde deberán realizar las pericias para determinar las causas de la caída.

El avión tenía como destino Las Lomitas, en Formosa, pero cuando sobrevolaba el Paraná perdió el contacto con la torre de control. Expertos en la materia señalaron a Infobae que de acuerdo con la ubicación donde fue encontrado, la aeronave no se habría apartado de su plan de vuelo, como se especuló en algún momento de la búsqueda.

El avión pequeño es propiedad de la empresa Aibal SA, radicada en Bragado y que se dedica a los servicios agropecuarios. Quienes viajaban al momento de la desaparición eran el hijo del dueño de la aeronave, Matías Aristi, junto a Matías Ronzano y Facundo Vega, ambos oriundos de la ciudad de Lincoln.

El avión había participado en 1982 de la guerra de Malvinas, conformando el escuadrón "Fénix", que estaba integrado por aeronaves civiles. Fue, en efecto, uno de los cuatro turbo hélice bimotor marca Mitsubishi que participaron de la contienda. En ese entonces pertenecía a la empresa IMPSA, de la familia Pescarmona, y su piloto fue Carlos Lázaro Arregui. Usó la misma patente que tenía el día que desapareció: LV-MCV.

 
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